A menudo la palabra disciplina tiene una mala connotación. Muchas personas relacionan disciplina con castigo, pero en gerencia este término significa mantener un ambiente de trabajo donde haya una obligación justa e imparcial de cumplir las reglas y regulaciones y donde haya un tratamiento consistente para todos los empleados.
La disciplina es más fácil de mantener cuando todos los empleados son conscientes de lo que se espera de ellos y sienten que son parte importante de la empresa. Las personas se esfuerzan en logar algo cuando conocen lo que se espera de ellas.
Sin embargo, hay veces que un empleado necesita ser corregido debido a errores o a desempeño deficiente. A continuación algunos tips para llamar la atención o corregir a un empleado:
1. Asegúrese de que cada quien conoce y entiende las reglas y regulaciones del trabajo. Nunca suponga nada. No dé por sentado que todo el mundo sabe esto. Usted no puede esperar que sus empleados observen las reglas que no conocen.
2. Sea consistente en hacer que se cumplan las reglas. Esto es muy importante y algunas veces difícil de hacer. Si hay inconsistencia de su parte asegurará la existencia de problemas de relaciones humanas en su grupo de trabajo. Usted no puede esperar que los empleados cumplan las reglas de las que usted ha eximido a otros.
3. Controle sus emociones. Algunas veces es fácil perder la calma cuando alguien hace algo equivocado. Sin embrago su pérdida de control personal simplemente empeorará la situación. Lo que usted diga exaltado, motivará una respuesta defensiva del empleado que cometió el error.
4. Reúna todos los hechos. Antes de tomar alguna acción, asegúrese de conocer lo que realmente ha pasado y por qué ha pasado, con información de todos los individuos involucrados. Tomar decisiones sólo con un conocimiento parcial de la situación casi siempre garantiza que la decisión será errada.
5. Tome acción a tiempo para ser efectivo. La acción disciplinaria, si va a ser correctiva, debe ocurrir tan cercana al momento en que se generó la situación.
6. Hágalo en privado. Una vez que usted haya decidido la acción disciplinaria apropiada, hágalo siempre en privado. Nunca avergüence a los empleados en frente de sus compañeros. Esto creará resentimiento y pérdida de respeto y a menudo llevará a otro comportamiento indeseado.
